Hoy, durante la inusual presentación en sociedad, me sentí más segura que nunca, de hecho, como nunca había sentido; compartir esta alegría contigo... no se describe. El color teñía nuestras mejillas, de un suave osado al darnos cuenta que el resto ya lo había notado, la linda nueva trenza. Seguimos en la fiesta andante, caminando entrelazados, y aunque el carnaval preparado terminaba con un espectáculo digno de Festival internacional, el show de humos no se hizo esperar. Esa Fuerza, bastante bruta, nos quiso separar, pero mi alarma contra emergencias, se activó justo a tiempo para prevenir una bataola de aquellas. Caminando de la mano, dejábamos atrás las diversas voces que nos rodeaban, los cánticos y los gritos, los cuales se iban ahogando en una neblina espesa, que más de una lágrima me hizo arrojar.
Los miles de seres comprimidos en un espacio para centenares, y nosotros en el corazón de ella, intentando en una esquina seguir derecho, y lo único que sentía era tu mano, la mano que me guiaba profesando un bienestar. Perdidos en una masa, camareógrafos, miedo y desesperación, y yo a pesar de la adrenalina, estaba dentro de una burbuja gruesa inquebrantable.
1+1, somos nosotros, y ¿cuántos nosotros habían en ese instante? cuántas manos guiándose, la cooperación en su estado más sublime. Pero La fuerza, si esa fuerza, no aguanta la cooperación, no aguanta el color que tiñe a esta gris ciudad, no comprende dentro de su olla protectora ingredientes tan importantes para nuestra mejor receta, como la alegría, las risas, los cantos y la esperanza de lograr un cambio.
Nosotros ya aislados de la muchedumbre caminamos, y vemos ala fuerza pasar frente a nosotros entre orientales que comentan al igual que vecinas chismosas lo que ocurría a distancias, ya considerables, el humo, y los gritos ya no de felicidad...
Ya dispersos, cada uno por su lado, uno y cada uno de los miles, seguirá siendo una pelusa de color, dentro de esta gris ciudad, mientras nosotros dos, tenemos que volver, juntos obviamente, al telar del cual provenimos y escuchar como los otros colores que nos acompañan, hablan de la nueva trenza que se había formado, una trenza de dos colores, que sin duda no será nada corta.
... Al menos eso espero.
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